Por: PEDRO ANTONIO DEL CARPIO RAMOS
A modo de introducción debo decir que el Caballo Peruano de Paso (no Caballo de Paso Peruano) es un constituyente importante de las estampas criollas del Perú; en consecuencia, se le tiene presente en las exaltaciones típicas del criollismo peruano, junto con la marinera, los gallos de pelea, la fiesta brava, entre otras. Pero, en verdad, el Caballo Peruano de Paso se forma en el Perú como raza equina de silla por el tipo de uso que le dieron los peruanos, ese uso fue el de ser considerado como una herramienta para el transporte, sobre todo en terrenos más o menos llanos. Nada tiene en común la forma en que se desplaza el caballo con la forma en que se ejecuta la marinera; lo común podría estar en que a caballo se puedan transportar los ejecutantes de este hermoso baile nacional. No soy un especialista en esta danza, pero la entiendo como la expresión coreográfica del cortejo de una “dama” por un “caballero” y se parece mucho al cortejo que hacen los machos de algunas especies de aves a sus hembras. Por lo que no entiendo cuando un danzante de marinera imita los movimientos de las extremidades anteriores de un caballo o cuando algunas personas insinúan que un danzante es un eximio ejecutante de marinera porque se parece a un “caballo” en movimiento, si no tienen relación de ejecución aunque sí como estampas del criollismo, nada más. Aunque, no dudo que muchas personas seguirán considerando que un hombre se ve bien porque se desplaza como caballo; pero me pregunto ¿UD lo haría para que su pretendida lo vea con “buenos ojos”?...
Considero que Pedro Antonio tiene razón en muchos aspectos, lo que sucede es que el bailarín de marinera al tratar de marcar con más fuerza y firmeza sus pasos levanta las piernas a mayor altura confundiéndoselo con el andar del caballo. Lo cierto es que en muchas ocasiones se emplea el caballo para llamar la atención del espectador, pero en realidad el baile es entre el chalán y la dama.
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